La solución está donde menos lo esperas: una historia en la Horror & Creepy MiniCon 2025

Hay muchas historias de terror que sólo los fotógrafos conocen: llegar al evento y darte cuenta de que olvidaste la memoria, o que la cámara se te resbale de las manos y se estrelle contra el suelo, suelen ser las más comunes. A mí me ocurrió algo igual de peculiar y espeluznante: la pantalla de mi cámara mostraba un mensaje de error indicando que debía formatear la tarjeta de memoria. Sin importar lo que hiciera, no podía salir de ese aviso. Con o sin tarjeta puesta, incluso al probar con otras, el mensaje persistía e impedía acceder al menú para intentar cualquier otra cosa. En pocas palabras: no podía tomar fotos.

La desesperación, el enojo y la tristeza fueron momentáneos, dando paso al pavor al darme cuenta de que ya no contaba con una de mis principales herramientas de trabajo. Me sentía como Thor sin su Mjölnir. Y justo ese día tenía la intención de acudir a la Horror & Creepy MiniCon 2025. ¿Sería digno de reportear y hacer una buena crónica sin mi cámara?

Desanimado, aquel sábado por la tarde llegué al Centro Social y Cultural “Huelguistas de 1931”. Por la cantidad de monstruos que vi en la calle y el hacinamiento de muñecos diabólicos visibles desde afuera, supe que había llegado al lugar correcto. En la entrada, Kurt Cobain me dio la bienvenida, me colocó una pulsera y me deseó que la pasara bien.

Ya adentro, tras atravesar el ejército de clones de Chucky, me encontré con varios stands de cosplayers: una Asteria Laufeyson como la Bruja Escarlata -con destellos saliendo de sus manos-, un YeyoCosplay de mon ami Gambito, y una Aitzeou Laguna con armadura interpretando a Xena, la Princesa Guerrera.

La gente estaba embelesada con la presentación de Tomás Galván, mejor conocido como el actor de doblaje Imitandup. Increíble el rango que tiene para dar vida a distintos personajes, siendo mi favorito su interpretación de Gandalf. Al finalizar, una larga fila se formó para obtener una foto, firma o video con él.

Recorriendo los pasillos del lugar -tanto en la planta baja como en el primer piso-, la gente portaba con orgullo sus caracterizaciones y aprovechaba para posar ante las cámaras. La amargura volvió cuando tuve que pedirles posar para una foto… con mi celular. Art the Clown, Alice del videojuego Madness Returns, una enfermera proveniente de Silent Hill, y los adorables animatrónicos de Five Nights At Freddy’s -entre muchos otros-, daban al evento una vibra muy especial.

Y creo que eso es justamente lo que ofrece esta convención: un espacio para todos los amantes del horror. Me encantó ver a familias con hijos disfrazados recorriendo los puestos y pasándola de maravilla. Podías consumir alimentos a buen precio y comprar artículos realmente interesantes. Yo aposté por unos dados para jugar D&D, esperando que me guiaran a buen puerto para arreglar mi cámara.

Me llamó la atención un puesto donde ofrecían lectura de mano. No era la primera vez que lo pensaba, pero sí la primera que me animaba a hacerlo. Llegué con más curiosidad que fe, dispuesto a escuchar lo que las líneas podían (o no) decirme. La persona que me atendió me observó en silencio unos segundos antes de tomar mi mano. Me habló de caminos, de ciclos que se cierran y otros que apenas comienzan. Yo escuchaba, intentando no interpretar demasiado, pero hubo una frase que se me quedó grabada: “Espera. Ten paciencia. La solución está donde menos lo esperas”. No lo dijo como advertencia, sino como consejo. No le di mayor importancia.

Con la noche encima, salí de ahí y regresé a casa. En un abrir y cerrar de ojos, llegó el lunes. Fui a la mesa donde había dejado la cámara. Sin encontrar un remedio útil en internet, se me ocurrió quitar el lente. No sé por qué lo hice. Encendí la cámara… y ocurrió: el mensaje que se mostraba en la pantalla, cual bucle infinito, desapareció. La tarjeta de memoria no necesitó formateo, y pude tomar fotos de nuevo.

Gracias, Horror & Creepy MiniCon. No sólo la pasé bien, además me ayudaste a recuperar mi cámara.