El diablo abrazado: catarsis y melancolía con Paradise Lost

Mayo 03, 2025

El poeta inglés John Milton publicó en 1667 su célebre obra épica "El paraíso perdido", texto que habla sobre la caída de Satanás y la expulsión de Adán y Eva del Edén, explorando temas como el libre albedrío, la rebelión, el pecado y la redención. Es un libro profundamente filosófico, oscuro y trágico, lo cual encaja perfectamente con el tono melancólico, sombrío y existencial de Paradise Lost.

Formada en 1988 en Halifax, Inglaterra, la banda es considerada como una de las pioneras del doom metal y una de las precursoras del gothic metal. Su música ha evolucionado a lo largo del tiempo, pasando del death/doom en sus primeros discos, como Lost Paradise (1990) y Gothic (1991), hacia un sonido más melódico, atmosférico y gótico en álbumes como Draconian Times (1995) y One Second (1997), incluso teniendo roces con la electrónica y el rock alternativo.

Su vocalista Nick Holmes y el guitarrista principal Greg Mackintosh son las figuras clave del sonido de la agrupación. En años recientes han retomado un estilo más pesado y oscuro, como se nota en discos como The Plague Within (2015) y Obsidian (2020).

Greg Mackintosh ha mencionado en entrevistas que el nombre reflejaba tanto su interés por la literatura como por la atmósfera emocional que querían plasmar en su música: belleza en la oscuridad, pérdida, decadencia… lo que acabaría definiendo el sonido del doom/gothic metal.

"I'm tired of dreams, I'm tired of almost everything"

Paradise Lost ha embarcado una gira mundial, llegando a incluso a países de habla hispana, en un tour bajo el nombre “The Devil Embraced” Latin America Tour 2025, donde interpretarán los mejores temas de su extensa discografía. Con 16 álbumes oficiales y varios demos, discos de colección y rarezas, singles, videos, álbumes recopilatorios, álbumes en directo y EP´s, era imperdible verles en vivo. ¿Por qué? Porque sus canciones reflejan una fatiga emocional profunda y nosotros, su público, nos sentimos identificados con ello. Agotados de ilusiones, promesas vacías, y de una vida que parece no tener sentido duradero. 

Al reflexionar sobre la longevidad de la banda, resulta inaudito cómo llevan 37 años expresando emociones a través de la música.

Y así llegaron un sábado 26 de abril a Bunker 57, San Luis Potosí.

“Too tired to sleep… too weak to breathe…”

Resulta atractivo analizar el esfuerzo titánico que las promotoras y productoras emplean para traer conciertos de alto calibre a ciudades que no son la tríada común: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey. Nosotros como audiencia invertimos tiempo, dinero y expectativas en cada concierto, y esperamos —o exigimos— que esa experiencia esté a la altura. Lo que no vemos es lo que hay detrás de ello y las complicaciones que puedan suscitarse.

En este caso, Dark Entries Productions, con buena logística, movieron el venue donde se haría originalmente el concierto, del Club Deportivo 2000 a Bunker 57. Las razones de esto se desconocen, máxime que ya han organizado recitales ahí como The 69 Eyes, Sonata Arctica y Rotting Christ (por mencionar a algunos). Usted puede hacer las suposiciones que quiera. Pero no hay duda del acierto de realizarlo en Bunker 57.

Otro acierto fue el del audio. Los organizadores previamente mencionaron que pretendían tener todo listo para que Paradise Lost sonará increíble… y cumplieron. Esto, aparejado con el tema del cambio de sede, es de resaltar pues lograron su cometido con el tiempo encima.

"Unbelieving prayers for all who die"

Frente al sufrimiento y a la muerte, hay una crítica por la ineficacia de la religión o de la fe tradicional. Rezamos sin fe, como un ritual vacío. Muchos de nosotros encontramos salvaguardas en distintos sitios, como la música. El metal transmite emociones y reflexiones muy profundas, como se explica en la escena de la banca en la película Deathgasm. Algunos escuchamos la llamada y pasamos de ser escuchas a intérpretes, apostando todo por el arte aunque sepamos que no está garantizada una retribución material. Eso es sí fe.

Aborrecido son oriundos de San Luis Potosí y ejecutan una combinación entre black y death metal. Juntos desde 2022 y con un EP encima, “Pacto de Fuego”, inician en este camino. En cambio, los colombianos Under Threat cargan con más de 25 años de trayectoria, y siguen alzando la bandera del melodic death metal como su bastión.

Se desconoce si comparten la opinión, pero la selección de las bandas abridoras no parece la adecuada. Y no por su carencia de maestría, al contrario, todos son excelentes músicos; sino por el subgénero que tocan, alejado al sonido apesadumbrado de Paradise Lost

Independientemente de esto, se disfrutó de Aborrecido y Under Threat, esperando verlos a futuro con actos más largos. Ambos encendieron los ánimos entre los presentes y prepararon todo para Paradise Lost.

"Foolish trust, the Devil embraced"

Como en la obra de Milton, el diablo se puede interpretar como un símbolo de sufrimiento, desesperanza, nihilismo o incluso un libre albedrío llevado al extremo. Confiar en el bien o en el consuelo espiritual que nos imponen, resulta ingenuo. Por ello aceptamos al “diablo”, nos vamos a ese “lado oscuro” (Star Wars dixit) malinterpretado e incomprendido, como el metal.

Los temas que sonaron aquél sábado sustentan lo dicho. Los cinco integrantes de Paradise Lost emergieron entre luces tenues y acordes graves que presagiaban oscuridad. Desde el primer tema, la comunión con el público fue total. Su actuación fue hipnótica. Cada riff se sintió como un mantra de desesperanza, mientras Nick recitaba versos que hablaban de la pérdida de fe, del dolor sin consuelo y de la necesidad de abrazar las sombras cuando ya no queda nada. En ese instante, todos los asistentes parecían formar parte de ese lamento colectivo.

Su sonido fue impecable, sus visuales sobrios pero elegantes, y su presencia escénica —austera y poderosa— fue el reflejo de más de tres décadas de coherencia artística.

"There's nothing more to lose, the pain is over"

Hay una especie de catarsis final: al perder todo, ya no queda nada que duela. Esta es una frase ambigua: puede verse como una liberación o como una rendición total. Cuando prendieron las luces y Paradise Lost terminó su trabajo en San Luis Potosí, esa ambigüedad se manifestó. Extasiados por lo que fuimos testigos, quedamos contentos y satisfechos. Pero de manera inmediata caímos en la melancolía, pues lo que vivimos quedará para el recuerdo.

Agradecimientos especiales a Dark Entries Productions por las facilidades otorgadas.

Para más fotos, visita nuestra galería en Facebook de Paradise Lost, Under Threat y Aborrecido.

Fotos por HugoEmeCe

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