Forgotten Tomb | La oscuridad se cernió sobre San Luis Potosí (Parte I)
Junio 11, 2025
El viernes 06 de junio de 2025 la oscuridad llegó al Búnker 57 de la mano de Forgotten Tomb y la banda nacional Godbelow, dos bandas con historia en el black metal.
Forgotten Tomb comenzó como un proyecto de un solo hombre, Herr Morbid, tras la separación de la banda de black metal llamada Sacrater, formada en marzo de 1999. Todos los lanzamientos de Forgotten Tomb fueron grabados sólo por Herr Morbid, con la ayuda ocasional de Impaler como baterista de sesión hasta el álbum Love's Burial Ground.
Esa es una breve historia de cómo fueron los comienzos de esta banda de Depressive Black Metal. Personalmente, no soy alguien que disfrute mucho del black metal, siendo sincero. No es un género que me parezca atractivo inclusive yo siendo una persona melancólica que acostumbra a consumir bandas y proyectos como Porcupine Tree, Lunatic Soul, Riverside -en sus primeros álbumes-, Steven Wilson -en sus primeros discos-; sin embargo, Forgotten Tomb me terminó sorprendiendo con su nivel técnico y musical.
Este tipo de conciertos que son muy underground, tienen una asistencia promedio, ya que son bandas que no tienen muchos reflectores ni atención mediática; sin embargo, tienen un nivel de convocatoria bastante elevado al promedio. El día del evento había una buena asistencia y la ventaja del Búnker 57 es que, si no están los miembros de la banda y llegan más tarde, los puedes ver llegar por la misma puerta que tú usas. Es un punto a favor que siempre he valorado del venue.
El día del concierto, yo me desperté como cada mañana, listo para poder tomar las mejores fotos posibles y como siempre, un día antes dejé cargando las baterías de mis dos cámaras, para en la mañana sólo guardarlas. El día transcurrió de manera normal con mis actividades normales, por ahí de las 5 de la tarde me dispuse a alistarme para llegar temprano. Cuando son bandas internacionales, procuro llegar temprano para apoyar como staff, ayudando a Mau y a Ojozz en lo que se necesite de preparación del escenario o si Satanás requiere algo para la banda.
Llegué al venue antes de las 6, y aún no empezaban con el soundcheck. Para las 7:20, Godbelow se subía a hacer su prueba de sonido, previo al line check de rutina para verificar que todos los micrófonos funcionaran perfectamente. Al terminar Godbelow, llegó Forgotten Tomb. Reitero, yo no conocía la banda hasta ese día y me sorprendí bastante, porque generalmente investigo quién es la banda que se presenta, para no ir completamente en ceros.
Ese día en la mañana, desayunando, me puse un vídeo musical, fue Nightfloating, de hace un año apenas, y me sorprendí de haber visto a Herr Morbid en vídeo en la mañana y por la tarde noche lo tenía frente a mí, y se me hizo bastante curioso. Se me hizo curioso saber que lo que estoy haciendo me está llevando a conocer a gente que nunca imaginé conocer, y que se interesaran en mi trabajo. También es algo que aún no me cae el veinte, ya que soy una persona muy muy autocrítica de mi trabajo: hay veces que digo “qué bárbaro, ahora sí me la mamé”, otras más “no mames, ¿qué basura hiciste?”.
En esta ocasión para las 8:20 Forgotten Tomb hacía su soundcheck ya con algo de público, aquellos que llegaron temprano - aunque no siempre pasa, es más, casi nunca. A esos fans se les permitió ver la prueba de sonido.
En ese punto fui el héroe. Herr Morbid no traía adaptadores para el eliminador de su pedal, y como tengo uno, me ofrecí a ir a mi casa por él. Sí, tengo un adaptador europeo gracias a las estupideces de DHL perdiendo mis paquetes. A mi regreso, la banda que abría ayudó a solucionar el problema prestando un eliminador con el mismo voltaje para continuar con las pruebas.
Posterior a los chequeos de rigor, la banda se fue a su “camerino”/cocina, y se dio la espera para dar comienzo al show. Uno siempre resuelve, no nada más se es fotógrafo profesional, técnico en sonido y jalacables… también se le hace al catering. Me mandan por pizza al Tiberius que se encuentra en la carretera 57 antes de llegar a la central de autobuses. En la espera, me puse a capturar pokémons en el Pokémon Go (también soy gamer), que me hizo olvidar que tenía que pasar al Oxxo por mi respectivo energizante o bebida; estar muchas horas en el Búnker 57 sin algo para ingerir, puede ser malo, ya que me empiezo a marear o incluso a tener dolor de cabeza por el calor que se siente ahí dentro —ah, pero cuando hace frío, parece un congelador—.
Ya con la pizza, en el camino de vuelta, practicaba mi poco, casi nulo, italiano, para darle a la banda sus alimentos y agradecerles por haber venido. (¿A los grupos mexicanos les darán tacos en el extranjero?). Poco importó mi papel en el desarrollo del evento pues me recibió Satanás quien indicó que Rocko llevaría la comida a los músicos y no yo.
Para las 9:15 comenzaba el show de Godbelow, banda de post black metal de León, Guanajuato, activa desde 2019, con canciones tanto en español como inglés, cuentan con un disco completo y un EP. La recomiendo por sus tintes melancólicos, que me gustan mucho. Con líneas melódicas recurrentes como en un disco conceptual, su propuesta resulta por demás interesante. Tocaron poco menos de una hora, con un repertorio bastante sólido para hacer de headliner en algún show. Como fotógrafo, soy consciente de lo que estoy escuchando y lo que están proyectando como conjunto. Para este tipo de proyectos me gusta hacer sus fotos en blanco y negro ya que, siento, se adaptan mejor a su estilo de música, reflejan mejor lo que quieren transmitir (además de que sólo usan luces rojas, que son horribles para tomar fotos). Terminando su set, bajé unas cinco fotografías de cada cámara, las revelé rápido en el celular y las publiqué.
Pasando las 10 de la noche, Herr Morbid y compañía tomaron el escenario y todo se volvió oscuro, frío y tenebroso al sonar los primeros acordes de Love's Burial Ground, con su respectivo intro. De ahí se procedió a degustar un gran setlist por parte de los italianos. Todo el show transcurrió de manera normal, sin percances, con grandes expectativas por parte de los asistentes y donde por lo que se pudo percibir, el público quedó satisfecho con lo que se interpretó esa noche.
Al final, después de la foto con los asistentes, al ver la reacción del público al pedir una más, se animaron y tocaron una más. No supe cuál era, ya que no estaba en el setlist que tenían sobre el escenario; sin embargo, se vieron buena onda al haber tocado un tema más después de que el público al unísono gritara “¡otra, otra, otra!”.
Generalmente, me quedo después de los shows para apoyar en lo que se pueda (como acaban de leer); sin embargo, no fue necesario, ya que el evento no tenía tanto flujo de personas para el meet & greet, por lo que procedí a retirarme a mis aposentos, ya que el sábado y domingo, me tocaría cubrir también el Misanthropic Ascension Festival, que —he de decirlo— fue un gran evento... la segunda parte de esta crónica es la continuación de esos dos días caóticos y llenos de black metal y agresividad de las bandas que tocaron.
Por lo pronto, me despido con Shutter de Forgotten Tomb de fondo, mientras escribo esta pequeña crónica.